Las plantaciones forestales producen un sinnúmero de bienes y servicios, con diferentes niveles de procesamiento y valor agregado. Cuando pensamos en el tronco de los árboles, en un extremo tenemos fibra y productos químicos, que actúan como componentes de otros productos. Muchas veces es difícil reconocer el árbol. En el otro extremo tenemos madera de alta calidad, en un instrumento musical o de apariencia, en que la madera y su aspecto orgánico juegan un rol primordial.

Corte. Aquí pasamos a estar caminando en Santiago (Chile) al frente de un Easy (una tienda de DIY, mejoramiento de hogar, construcción, etc) en que vendían tablas como las de la foto. Todas vienen ya sea de muy cerca de la médula del árbol, con las peores propiedades de la madera (baja estabilidad dimensional, stiffness, densidad, etc) o del exterior de trozas pequeñas, con toda clase de defectos evidentes.

Bajo uso estas tablas se van a doblar, torcer, rajar, etc en muy poco tiempo. Y yo no podía evitar pensar que con estos productos estamos matando la “marca” de la madera. La estamos asociando con un producto de calidad pobre, todo lo contrario con el empuje para usar más madera en la construcción. Como para meditar un rato.

Tablas a la venta en Easy Quilín.